Me gusta andar a tientas

Procuro no chocarme,
caminando en penumbra,
y no abro las persianas
por miedo a deslumbrarme
protejo las rodillas
tanteando los muebles
y acabo acostumbrando
al iris a ir a oscuras
extiendo los dos brazos
palpando los detalles
las pupilas contraen
toda la luz posible
las manos bien abiertas
al igual que los ojos
el oído despierto
el olfato en silencio