A Dacio Murgia

Todas las conversaciones que no tuve contigo
don Quijote de vizcaya, loco por los libros,
todas las cosas que nunca sabré
de cómo pensabas
sobre la vida
sobre el amor
sobre la muerte,
todos tus poemas perdidos,
todo lo que tú tampoco sabes
sobre esa niña que se hizo grande
sin poder decir lo siento.
A los 14 todo el mundo es idiota
y nunca tuve que avergonzarme
de tu diferencia que ahora abrazo,
de tus delirios y psicosis,
de tu extrema sensibilidad,
de que no fueses como los demás padres,
porque yo no soy como las demás hijas,
y soy tan tú que a veces me asusto.
Me gustaría que vinieras
a verme recitar (y recitases conmigo)
y después emborracharnos juntos,
arreglar el mundo
y hablar de Badulaire
de tu paso por la cárcel,
de cómo te libraste de la mili.
Se que te gustaría cómo soy,
y a mi me gustaría cómo eres
bien loco,
cómo la mayoría de mis amigos,
porque en este mundo loco
estar cuerdo es un despropósito.




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